La vida, un instante. La muerte eterna.
Vigilante, altiva, perspicaz.
Calla!, -dijo el incrédulo-
si me sumerjo en las profundidades.
si vago en los acantilados, ¿por qué tan ausente?
¡Un momento más! Fue la plegaria.
Y ya no dijo más...
La vida, un instante... horas, días, meses, años...
La muerte, eterna. Implacable.
Lloran los dolientes.
Y ya no digo más...
lunes, diciembre 06, 2010
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